martes, 30 de diciembre de 2014

Si abrieras los ojos y supieras, sí...

Es el último día de un año que termina, y quisiera hacerlo con uno de los poemas o mejor dicho momentos, que representa uno de los momentos amorosos más fuertes vividos este año. Sin haber dormido, débil, temblorosa, patidifusa, tras pasar una noche terroríficamente dolorosa, me senté en una mesa, una mesa de algún lugar, en silencio a componer este poema. El mundo dormía o jugaba... Todavía me pregunto cómo el corazón pudo hablar con tal claridad como lo hizo, cómo tuvo fuerzas para derramarse de este modo... 

Solo puedo deciros y daros mis mejores deseos para este nuevo año que comienza... Deseo que los corazones amantes no encuentren obstáculo posible para vivir felizmente su amor. Deseo... Que todo se propicie en la mente y en las almas para que se cumpla esa felicidad anhelada.


Feliz año nuevo a todos, muchas poesía y abrazos.

Disfrutadlo...




Si abrieras los ojos y supieras, sí,
y vieras,
este debilitamiento humano,
estas corazonadas tan intensas
y cuan inmensa es la soledad
en que me hallo.

Si pusieras en mi pecho tu mano
y comprendieras este enloquecimiento,
este desgarramiento sintieras
tan extraño, tan de veras.

Si te despertaras de tu sueño,
y supieras
de esta intranquilidad
con que el mío no tengo...
Y comprendieras, sí, y supieras
cómo te estoy esperando...

Si me pensaras como yo te estoy pensando...
No habrías cerrado los ojos.




María José Cabuchola Macario

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